(8) And tell me it’s over it’s only a dream(8)
El estruendoso ruido de mi despertador hizo que abriera los ojos de manera casi automática a la vez que me incorporaba exaltada, ¿por qué pasaban tan rápido las noches? No mejor, ¿por qué pasaban tan lentos los días de clases? Suspiré poniéndome en pie y me dirigí arrastrando los pies hasta el baño.
Tras asearme me vestí con unos pantalones pitillos de color marrón chocolate, un jersey de rayas “indias” que recogía los colores negro, salmón, azul caribe y crema, junto con unas converses negras; y recogí mi larga melena en una trenza de espiga lateral que dejé caer sobre mi pecho. ¡Mierda llegaba tarde! Cogí la mochila y salí disparada de casa sin desayunar. “Sigue así Taylor”, -pensé de manera involuntaria.
Ojalá supiera conducir deseé a la vez que andaba a paso ligero por las calles de Londres deseando llegar a la Universidad a tiempo.
[…]
-¡Louis! –Exclamé al ver la cabeza de Tomlinson por el pasillo del edificio de ciencias.
-¡Mira quién tenemos por aquí! –Exclamó él esperando a que me pusiera a su altura, -¡Ahora mismo estaba pensando en ti y en Harry! –Espetó, ¿eing? ¿A qué venía aquello?
-¿Y qué se supone que pensabas? –Pregunté con el ceño fruncido.
-En que deberíais apuntaros al concurso de talentos.-Dijo dejándome perpleja.
-¿Y qué talento se supone que tengo yo? Si se puede saber. –Comenté cruzándome de brazos.
Entonces el suso dicho calló para comenzar a rebuscar algo entre las hojas de su cartera, ¿pretendía encontrar petróleo? No sabía a dónde quería llegar. Y entonces me entregó una foto, una foto que me dejó atónita.
Era yo, yo con 7 años tras una de mis audiciones de piano. Sí, siempre había tocado el piano, digamos que tenía facilidad para dejar que mis dedos fluyeran sobre sus teclas y componer letras que encajaran con su preciosa melodía.
-Yo… -Balbuceé. –No sé qué decir. –Confesé.
-¿Por qué no dijiste que eras tú? –Preguntó parando en la puerta del laboratorio.
-No lo sé… pensé que quizá no os acordaríais de mí, o no querrías tener nada que ver conmigo. –Dije totalmente sincera.
-No deberías habernos mentido. –Afirmó un tanto dolido. –Tú eras nuestra Taylor, y apareces después de 8 años… ¡No sé! –Exclamó. –Podrías haber dicho algo. –Comentó y en ese mismo instante el timbre comenzó a sonar. “Gracias” –Pensé.
Louis entró en su clase sin más dilación, pero la verdad es que mis ánimos no estaban como para soportar una larga clase de matemáticas plagada de trigonometría y cosas que necesitaban de toda mi atención para ser resuelta así que tras un suspiró decidí que me saltaría aquella clase y comencé a andar hacía el baño.
Louis tenía razón, tras ocho años… ¡Debería haberles contado la vedad! Hoy se lo diría a todos, era justo.
¿Qué veían mis ojos? Cuando estaba llegando a los baños vi una mata de pelo moreno y rizado, Harry, apoyado sobre la pared y en frente de él, con una leve y corta distancia entre ellos una chica rubia y menuda, ¿Nuria? Sí, era Nuria… por alguna razón algo dentro de mí hizo que me pusiera furiosa y mis puños se apretaron repentinamente, “zorra”, pensé.
Pasé por delante de ellos y me introduje en el baño propinando un portazo tras de mí.
-Tengo que ir a clase, no puedo perderme el fin del temario de esta lección. –Escuché como pronunciaba las palabras aquella rubia.
-Está bien, que te sea leve. –Dijo Harry en lo que parecía una despedida.
Suspiré para intentar relajarme, ¿qué me pasaba? ¿Estaba celosa? ¡Me había alterado! Apoyé las manos en el lavabo y me miré en el espejo, ¿era posible que todavía siguiera sintiendo algo por Harry? No…
-¿Qué te pasa? –Preguntó él apoyándose en el lavabo contiguo al mío, ni si quiera me había dado cuenta de cuando había entrado.
-Nada, -musité. –Me he peleado con Louis. –Confesé y abrí el grifo para beber agua.
-¿Con Louis? -Dijo sorprendido.
-¡Sí! ¿A caso estas sordo? –Pregunté exasperada, pero me relajé rápido tras contar hasta cuatro mentalmente. Y una idea se me pasó por la cabeza, “gracias Louis”, pensé. –Oye… ¿A ti te gustaría participar en el concurso de talentos conmigo? –Propuse mirándole y el frunció el ceño.
-¿Y qué pretendes que hagamos?-Preguntó con ironía.
-A ver; yo toco el piano, compongo y canto… ¡Y tú cantas! –Exclamé, ¡mierda! Acababa de cagarla… ¿Cómo sabía que cantaba?
-¿Cómo sabes que canto? –Cuestionó elevando las cejas, había llegado la hora.
-Harry… -suspiré, -soy Taylor…
-Sí, ya sé que eres Taylor, ¿qué me quieres decir con… -Tras comenzar a hablar se cortó a si mismo mientras la sangre le llegaba a la cabeza. – ¿Taylor? –Preguntó incrédulo.
-La misma. –Sonreí avergonzada, no sabía cómo iba a reaccionar.
-¿Por qué narices no has dicho nada? –Exclamó de forma retórica a la vez que me estrujaba en sus brazos, cuan maravillosa sensación. -¡Al concurso que vamos! –Exclamó riendo a la vez que me abrazaba incluso con más entusiasmo y el calor de su cuerpo me embriagaba por completo dejándome en las nubes de un cielo realmente azul.
“Taylor 1 – Nuria 0”, susurró una vocecita en mi cabeza.