-PING,
PING, PING, PING.
¡Ogg! ¿Qué era aquel molesto sonido? Abrí los ojos
lentamente y di un manotazo en la mesilla con la esperanza de acertar en el
despertador y que se callará de una vez.
Giré la cara para ver que hora era, las siete –suspiré
cansada y salí de la cama arrastrando los pies. Me sentía sola, aquel
apartamento tan pequeño podía parecer realmente grande en ocasiones, y sin
saber porque hoy tenía la necesidad de ser abrazada.
Cogí una sudadera y tras ponérmela y sentir el calor de su
tejido me dirigí hacía la cocina donde puse una cafetera, y mientras ella se
dedicaba a hacer el café yo me metí en la ducha, ¿No es esta la sensación mas
relajante? Dejar que el agua caliente caiga por tu cuerpo y te abrace,
reconfortándote y haciéndote sentir en paz, sí debía de serlo.
Salí de allí, y todavía enrollada en un par de toallas me
serví una taza de café, con dos azucarillos y comencé a bebérmela a la vez que
revisaba todo, solo quedaba fuera la ropa que me iba a poner hoy, todas mis
pertenencias se encontraban dentro de cajas y maletas. Hoy era el día, el día
en que volvía a Londres, mi avión salía a las 12 de la mañana, y no podía
sentirme más rara. Estaba como en una nube, no podía creer que fuera a volver,
pero Chicago se había convertido en mi segundo hogar, y tampoco podría creer
que fuera a dejar tantas cosas atrás.
Miré mi móvil antes de dejar la taza en el fregadero, ni un
mensaje, nada… ¿realmente nadie se acordaba de mi? Suspiré y tras tirar el
móvil sobre el sofá comencé a vestirme.
Solté mi pelo todavía mojado y lo peiné, seguramente
acabaría recogiéndomelo en una trenza, así que no quería molestarme en
arreglármelo.
Estaba apunto de salir por la puerta tras haber sacado todas
las maletas cuando mi móvil comenzó a sonar recordándome que lo había dejado
tirado en el sofá, rápidamente lo cogí y pude ver que se trataba de un mensaje
de mi madre, en el que me informaba de que ya estaban abajo junto a mi padre
para llevarme al aeropuerto. Tomé un sorbo de aire y eché un último vistazo a
aquel lugar, lo echaría de menos.
[…]
-¿Lo llevas todo? –preguntó mi madre agobiada, llevábamos
unos treinta minutos en el aeropuerto, mi avión saldría en quince minutos, y no
dejaba de agobiarme.
-Sí mamá, no te preocupes. –mustié mirando a mi alrededor,
nadie, solo mis padres, suspiré, supongo que nunca fui importante para ellos,
mi madre percibió mi mal estar y rio, no comprendía el por qué, a mi no me
hacía gracia. Pero entonces comencé a escuchar un leve griterío a mis espaldas,
allí estaban todos, mis mejores amigas, mis amigos…
-¿Ya te pensabas ir sin despedirte de nosotros? –preguntó
Abigail, mi pelirroja mejor amiga. No pude evitar sonreír y me lancé a sus
brazos, para comenzar a formar un abrazo colectivo.
-Os echaré mucho de menos. –Susurré entre lágrimas.
-No te preocupes, -rio mi amigo Mike, -Iremos allí y
quemaremos Londres, ¡descubrirán lo que es la fiesta de verdad! –exclamó, él
siempre pensando en fiestas, nunca cambiaría.
[…]
-Despierta… -escuché decir a una voz a mi lado, ¿quién
narices estaba hablando? ¡Quería dormir! –Despierta… -repitió con el mismo
tono, pero añadiendo unos toques en mi brazo esta vez, así que indignada me
decanté por abrir los ojos. No recuerdo cuanto tiempo llevaba en el avión, pero
lo había pasado durmiendo. –Vamos a aterrizar ya. –Me informó aquel chico, era
un chico de pelo castaño claro y ojos azules, su cara transmitía confianza y
simpatía, tenía un toque infantil y su voz un tono agradable, no recordaba
haberlo visto antes de quedarme dormida.
-¿He estado todo el tiempo durmiendo? –pregunté
sonrojándome.
-Al menos durante las 9 horas que he estado sentado a tu
lado. –Rio.
-Uh, espero no haberte aburrido mucho. –musité rascándome un
ojo.
-No, decías cosas muy interesantes. –Contestó, y yo lo miré
con los ojos como platos, ¿qué se supone que había dicho? – Era algo así como
“¡Deja de lanzarme tarta, Harry!” –rio.
-Dios mío que vergüenza. –Susurré tapándome la cara, y él me
ofreció su mano.
-Soy Louis, encantado. –Se presento sonriendo. Y esa
sonrisa, esa sonrisa me era tremendamente familiar, ¡pero era imposible que le
conociera! Solamente se parecería a alguien.
-Igualmente, soy Taylor. –Contesté estrechando su mano. Y
entonces en sus ojos me pareció ver que él había sentido la misma sensación que
yo unos segundos antes.
Yeeeeeeepa. Qué las cosas no se dejan así, sabes? Espeor el siguiente prontitooooo :)
ResponderEliminarMe encanta *3*
ES LOUIS!! TU MEJOR AMIGO SO TONTA!!! que asco me da la gente que no se da cuenta de esas cosas ejejejejxD
ResponderEliminarMeee encantaaaaaaa y ya estoy impaciente por leer el siguiente!;)
Besisssssss:)
Siguiente siguiente siguiente!
ResponderEliminarPreciosa, es preciosa, no hay mas palabras para describirla por el momento, me encantaria leer el siguiente pronto, un beso
ResponderEliminarCon una palabra pienso expresar lo mucho que me ha gusta este capítulo de "Cruce de Destinos"...
ResponderEliminarSIGUIENTEEEEEEEEEEE!!!!
siguiente mil veces!!!!
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