Llegué a mi nuevo apartamento y deje mis maletas sobre el
suelo. No estaba mal, era acogedor, debo reconocer que no cubría para nada mis
expectativas ya que en el anuncio decía: “Apartamento luminoso con vistas a la
avenida principal y grandes ventanales.”
Supongo que por luminoso se refería a que podría encender
muchas lámparas, y lo de “vistas a la avenida principal” supongo que se vería
por aquellos “grandes ventanales” inexistentes.
Al menos tiene sofá. –Pensé a la vez que me dejaba caer en
él y pensaba en como afrontaría el día de mañana: Primer día en Londres,
necesitaba volver a familiarizarme con este lugar.
Así que sin pensarlo mas levante mi culo de aquel mugroso
asiento que no tardaría mucho en cambiar y arrastrando la maleta hasta el
pequeño dormitorio, donde la deje sobre la cama, me denudé y me introduje en la
ducha dejando que el agua congela hiciera que se erizará cada uno de los poros
que cubrían mi cuerpo.
¡Mierda! Había olvidado que no había dado de alta el gas.
Fresca como una lechuga y vestida con tan solo unas mallas
marrones oscuras, una camiseta de hombro caído gris y mi larga melena suelta y
mojada sobre la espalda, metí los pies dentro de mis Vans negras y cogí mi
cámara colgándome al cuello.
Pronto empezaría las clases, Artes, quería ser fotógrafa,
pero fotógrafa profesional, amaba las fotos, porque por mucho que las personas
cambien, en las fotos siempre son las mismas, son una captura de tiempo que
permanece parado e intacto para siempre, dejándonos recordar mejores momentos.
[…]
Londres era exactamente como recordaba, no había cambiado
demasiado: coches, gente, edificios, estrés… ¡por todos lados! Al llegar al
Hyde Park y por fin encontrar un lugar verde, natural; un lugar que te acerca a
ti misma, comencé a tomar algunas fotografías: Palomas, flores, niños jugando…
Y justo cuando estaba apunto de fotografiar a una pareja que
paseaba tranquilamente un par de ojos verdes se interpusieron en mi objetivo,
eran unos ojos preciosos, con tantos tonos diferentes de verde que sería
imposible contarlos, unos ojos que transmitían una gran ola de sentimientos.
•Clic. Foto. Entonces quité el zoom a la cámara para poder ver a quién
pertenecían esos ojos que se encontraba a escasos metros de mí.
Era un joven blanquecino, de pelo castaño y rizado un tanto
enmarañado, y de pronto sonríe, sonríe y sé que de alguna forma conozco esa
sonrisa, sonrisa y una par de hoyuelos se dibuja en cada una de sus mejillas,
¿me estaba sonriendo?
Quité la cámara de mis ojos y observé la escena real que se
desempeñaba delante de mí, aquella sonrisa que había regalado el joven de ojos
verdes, no era en absoluto para mí, sino para otra chica que correteaba a su
alrededor cual mosca tras la miel. “Patético”, -Pensé antes de poner los ojos
en blanco. Pero sabía que en realidad aquello me molestaba, ¿por qué? ¡Porque
aquellos ojos verdes no eran unos cualquiera! Yo los conocía, ¡juraría que los
conocía!
Comencé a andar hacía ellos con la intención de pasar por su
lado y a continuación seguir con mi paseo, pero por desgracia pisé una pelota
que sin saber como había acabado ante mis narices, y caí al suelo.
-Oh, genial. –ironicé levantándome a la vez que me sacudía
los pantalones, y entonces vi como se fijaba en mi, su mirada me recorrió de
arriba abajo y de pronto su ceño se frunció y ladeo ligeramente la cabeza.
¿Tengo monos?
-¡Harry! ¿Vamos a por un helado? –preguntó la chillona voz
de aquella joven que le acompañaba para sacarlo de su anonadamiento. Ya me
había caído mal, mira por donde…
Y él tras sacudir la cabeza contestó con un simplemente
asentimiento y se alejó de mí haciendo que necesitara perseguirle, pero lo
único que se me ocurrió hacer fue fotografiar a su persona alejándose.
Suspiré y continué andando hasta que salí de aquel parque
para encontrarme de nuevo en el tugurio de la ciudad justo cuando las tripas
comenzaron a rugirme, ugh tenía hambre. ¿Pizza? Sí, una pizza estaría bien.
[…]
-Una mediana de atún y Bacon. –pedí cuando me tocó mi turno
en aquella pizzería que había encontrado, era como una versión inglesa del
típico Domino’s pizza Americano.
Y entonces por primera vez me fije en ella, en la
trabajadora que llevaba una camiseta roja con el logo del local y tenía une
mirada soñadora, mirada que no debería estar aquí. Sentía que volvería a
encontrarme con aquella chica, aunque no sabía si sería para bien o para mal,
pero sabía que una pizza no sería lo único que habría entre nosotras.
-¿Para tomar o para llevar? –preguntó la susodicha.
-Para llevar por favor. –Contesté educadamente y tras darme
mi número y cobrarme me dispuse a esperar para recoger mi pedido, y entonces
aquella chica que seguía tomando pedidos levanto la vista al escuchar una voz,
voz que yo no reconocía, pero al parecer ella sí, aunque al mirar hacía la
puerta no tarde en detectar al chico de ojos verdes, aquel tal Harry, sin su
pesada acompañante colocándose en el final de la cola.
Entonces fue cuando la chica musitó un –“Otra vez no…”,
entres dientes y no pude evitar reír al ver como él le hacía un gesto a la vez
que le sacaba la lengua al mantener contacto visual con ella. ¿Sería otra de
sus ligues? Sin saber porque… parecía ser todo un rompe corazones, pero el mío
estaba recubierto de goma elástica, se estira mucho, pero no se rompe.
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¡Hola!
¿Qué tal gentecilla maravillosa? Nuria y yo (Taylor) sentimos muchísimo el retraso, pero esperamos poder recompensaros con los próximos capítulos(;
Como siempre disfrutad con la lectura y dejad volar vuestras imaginaciones(;
Muchas gracias a todas las que nos dejáis esos comentarios tan maravillosos :D
~Att: Nuria & Taylor
Siguienteee! (LLLL)
ResponderEliminarPor favor pon cuanto antes el siguientee ! L
ResponderEliminarEso, eso, recompensa que he echado muchísimo de menos esta novela:S
ResponderEliminarSiguienteeee yaaaaaa!!!!;)
Besissss:)
MENCANTAAAAAA, <3
ResponderEliminarSIGUIENTEE!
Siguiente plisss :3 Estoy enganchada, me encanta *-* gracias por escribirla jaja :)
ResponderEliminarSiguientee porfaa :)
ResponderEliminarAdoro la novelaa ^-^