jueves, 20 de septiembre de 2012

~Cruce de Destinos, Capítulo 5 (Narrado por Taylor)




Llegué a mi nuevo apartamento y deje mis maletas sobre el suelo. No estaba mal, era acogedor, debo reconocer que no cubría para nada mis expectativas ya que en el anuncio decía: “Apartamento luminoso con vistas a la avenida principal y grandes ventanales.”
Supongo que por luminoso se refería a que podría encender muchas lámparas, y lo de “vistas a la avenida principal” supongo que se vería por aquellos “grandes ventanales” inexistentes.
Al menos tiene sofá. –Pensé a la vez que me dejaba caer en él y pensaba en como afrontaría el día de mañana: Primer día en Londres, necesitaba volver a familiarizarme con este lugar.

Así que sin pensarlo mas levante mi culo de aquel mugroso asiento que no tardaría mucho en cambiar y arrastrando la maleta hasta el pequeño dormitorio, donde la deje sobre la cama, me denudé y me introduje en la ducha dejando que el agua congela hiciera que se erizará cada uno de los poros que cubrían mi cuerpo.
¡Mierda! Había olvidado que no había dado de alta el gas.
Fresca como una lechuga y vestida con tan solo unas mallas marrones oscuras, una camiseta de hombro caído gris y mi larga melena suelta y mojada sobre la espalda, metí los pies dentro de mis Vans negras y cogí mi cámara colgándome al cuello.

Pronto empezaría las clases, Artes, quería ser fotógrafa, pero fotógrafa profesional, amaba las fotos, porque por mucho que las personas cambien, en las fotos siempre son las mismas, son una captura de tiempo que permanece parado e intacto para siempre, dejándonos recordar mejores momentos.

[…]

Londres era exactamente como recordaba, no había cambiado demasiado: coches, gente, edificios, estrés… ¡por todos lados! Al llegar al Hyde Park y por fin encontrar un lugar verde, natural; un lugar que te acerca a ti misma, comencé a tomar algunas fotografías: Palomas, flores, niños jugando…
Y justo cuando estaba apunto de fotografiar a una pareja que paseaba tranquilamente un par de ojos verdes se interpusieron en mi objetivo, eran unos ojos preciosos, con tantos tonos diferentes de verde que sería imposible contarlos, unos ojos que transmitían una gran ola de sentimientos. •Clic. Foto. Entonces quité el zoom a la cámara para poder ver a quién pertenecían esos ojos que se encontraba a escasos metros de mí.

Era un joven blanquecino, de pelo castaño y rizado un tanto enmarañado, y de pronto sonríe, sonríe y sé que de alguna forma conozco esa sonrisa, sonrisa y una par de hoyuelos se dibuja en cada una de sus mejillas, ¿me estaba sonriendo?
Quité la cámara de mis ojos y observé la escena real que se desempeñaba delante de mí, aquella sonrisa que había regalado el joven de ojos verdes, no era en absoluto para mí, sino para otra chica que correteaba a su alrededor cual mosca tras la miel. “Patético”, -Pensé antes de poner los ojos en blanco. Pero sabía que en realidad aquello me molestaba, ¿por qué? ¡Porque aquellos ojos verdes no eran unos cualquiera! Yo los conocía, ¡juraría que los conocía!

Comencé a andar hacía ellos con la intención de pasar por su lado y a continuación seguir con mi paseo, pero por desgracia pisé una pelota que sin saber como había acabado ante mis narices, y caí al suelo.

-Oh, genial. –ironicé levantándome a la vez que me sacudía los pantalones, y entonces vi como se fijaba en mi, su mirada me recorrió de arriba abajo y de pronto su ceño se frunció y ladeo ligeramente la cabeza. ¿Tengo monos?

-¡Harry! ¿Vamos a por un helado? –preguntó la chillona voz de aquella joven que le acompañaba para sacarlo de su anonadamiento. Ya me había caído mal, mira por donde…
Y él tras sacudir la cabeza contestó con un simplemente asentimiento y se alejó de mí haciendo que necesitara perseguirle, pero lo único que se me ocurrió hacer fue fotografiar a su persona alejándose.

Suspiré y continué andando hasta que salí de aquel parque para encontrarme de nuevo en el tugurio de la ciudad justo cuando las tripas comenzaron a rugirme, ugh tenía hambre. ¿Pizza? Sí, una pizza estaría bien.

[…]

-Una mediana de atún y Bacon. –pedí cuando me tocó mi turno en aquella pizzería que había encontrado, era como una versión inglesa del típico Domino’s pizza Americano.

Y entonces por primera vez me fije en ella, en la trabajadora que llevaba una camiseta roja con el logo del local y tenía une mirada soñadora, mirada que no debería estar aquí. Sentía que volvería a encontrarme con aquella chica, aunque no sabía si sería para bien o para mal, pero sabía que una pizza no sería lo único que habría entre nosotras.

-¿Para tomar o para llevar? –preguntó la susodicha.

-Para llevar por favor. –Contesté educadamente y tras darme mi número y cobrarme me dispuse a esperar para recoger mi pedido, y entonces aquella chica que seguía tomando pedidos levanto la vista al escuchar una voz, voz que yo no reconocía, pero al parecer ella sí, aunque al mirar hacía la puerta no tarde en detectar al chico de ojos verdes, aquel tal Harry, sin su pesada acompañante colocándose en el final de la cola.

Entonces fue cuando la chica musitó un –“Otra vez no…”, entres dientes y no pude evitar reír al ver como él le hacía un gesto a la vez que le sacaba la lengua al mantener contacto visual con ella. ¿Sería otra de sus ligues? Sin saber porque… parecía ser todo un rompe corazones, pero el mío estaba recubierto de goma elástica, se estira mucho, pero no se rompe. 

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¡Hola!
¿Qué tal gentecilla maravillosa? Nuria y yo (Taylor) sentimos muchísimo el retraso, pero esperamos poder recompensaros con los próximos capítulos(; 
Como siempre disfrutad con la lectura y dejad volar vuestras imaginaciones(; 
Muchas gracias a todas las que nos dejáis esos comentarios tan maravillosos :D

~Att: Nuria & Taylor

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